Hace dos años llegó a mis manos el libro "La Mejor Hucha del Mundo" (precio aproximado de 20€) y después de la experiencia con mis hijos, me gustó la idea para desarrollar un taller para niños y enseñarles otra formar de ahorrar, aprender el valor del dinero, de las cosas y las personas.
La mayoría de nosotros aprendimos a
ahorrar el dinero que nos daban con una sola hucha, esa que unas veces se podía
romper y otras no, esa que en la mayoría de los casos las necesidades y caprichos se administraban con poco criterio, ni objetivos claros. Es la infancia el mejor momento para poder aprender y reconocer conceptos, integrarlos, equivocarse y gastarse todo lo que tienes porque son pequeñas cantidades y en definitiva, seguir un proceso en el que, con ayuda de los padres, aprender a ahorrar, a gastar y compartir el dinero: La manera más inteligente de ahorrar.
Se trata de un taller para desarrollar la creatividad de cada niño construyendo y personalizando sus 3 huchas (gastadora, ahorradora y solidaria). por otro lado, un cuento para entender la función de cada una de ellas. Los personajes dan vida a dos niños y a tres cerditos frustrados e infelices; uno que solo sabía gastar sus bellotas, otro guardaba todas y otro en cambio, las regalaba. La finalidad del cuento es que entiendan que las tres versiones son importantes y necesarias para dar
valor al dinero, a las cosas y a las personas, ya que además del dinero hay otros valores no menos importantes. Un taller que también pretende dar protagonismo y contenido a esa hucha solidaria haciéndoles partícipes de una acción concreta y cercana, entendiendo que no solo hay que pensar en satisfacer su propio ego, sino que, la felicidad se consigue compartiendo y haciendo feliz al prójimo.
La misión de los padres es de vigilar, acompañar y motivar al niño para que todo el dinero que van consiguiendo se reparta por igual entre las tres huchas: Una hucha para meter el dinero que quieren gastar en pequeñas cosas y caprichos (chuches, juguetitos, gomas, lápices, pinturas que pierden o rompen….), otra hucha para ahorrar y comprar algo que les guste mucho pero que tiene un valor más alto y por último, la hucha solidaria que les convertirá en personas más generosas y empáticas.
Se trata de un proceso de aprendizaje apasionante y sorprendente en el que finalmente, acaban convirtiéndose en pequeños administradores. El mejor aprendizaje es dejar que se equivoquen en su experiencia, ya que querrán gastarse todo lo que hay en la hucha ahorradora, gastadora y con tentaciones de tocar la solidaria. Poco a poco aprenderán a administrar su dinero y analizar lo
quieren gastar en cada momento, la cantidad que necesitan ahorrar, planificar y
buscar un proyecto solidario. Sobre todo, aprenderán el valor de las cosas y lo
que cuesta ganarlas. En este punto entra en juego el criterio de cada padre
a la hora de dar dinero. A mi personalmente, me gusta recompensar con moneditas su trabajo y esfuerzo
en tareas extraordinarias,
reforzando así la idea de que el dinero no es gratuito.
Las huchas solidarias de los niños que asistieron y asistirán al taller (Próximamente: Noviembre y Diciembre) irán destinadas al proyecto Kenali Nursery School en Gambia que presentó Jon Merino y quien se encargará personalmente de llevar todo lo recaudado (previsto viaje en Diciembre) para que nada se pierda por el camino. Por tanto, aprovecho la ocasión para hacer una invitación a próximas convocatorias o bien, a cualquiera que quiera colaborar con esta bonita iniciativa.
Dedicado con todo amor a mis hijos Jimena y Nicolás....eternamente mis niños.