Le conociste con tan solo unos meses de vida y este pequeño peludo, antes color rosa y ahora indefinible, relavado, remendado, perdido y encontrado, sigue siendo tu imprescindible cada noche, en cada viaje, el que te reconforta en los momentos tristes, del que siempre te acuerdas, el que decora el centro de tu cama cada mañana cuando te marchas y a quién encuentras esperándote. De todos los juguetes que han pasado por tu vida, ni los más vistosos, deseados o bonitos, han conseguido ganar tu cariño, salvo tu osito.
Cuando un juguete se convierte en algo único, cuando lo aprecias, lo valoras, lo cuidas..., deja de ser un mero objeto.

Este peluche me recuerda hoy que, las cosas más sencillas de la vida son las que tienen más valor y también, las que suelen pasar desapercibidas. Y si!! Podrías prescindir de todos tus juguetes pero tu osito es sencillamente..., insustituible!!!

Y qué importan el resto de juguetes si luego encuentras el juego en las cosas más sencillas!!, justo allá donde hay piedras, arena, conchas, palos, hojas, agua, cajas vacías, pinturas y cualquier objeto que desata tu IMAGINACIÓN, CREATIVIDAD,...!!!. Quédate ahí! no entres en el mismo "juego" de los adultos, déjame entrar en tu mundo, enséñame a mirarlo con tus mismos ojos y quedémonos allí juntos para siempre. 

A Jimena y Nicolás


Vivimos con la tentación y las ganas de comprar continuamente..., oh si!!! No hace falta ni moverse del sofá!. Un amplio escaparate virtual, en las redes sociales, a través de los medios de comunicación y centros comerciales. Sírvase usted mismo porque hay para todos, desde la gama low cost hasta las marcas más elitistas. Soy una víctima más en muchos momentos, con tentaciones de adquirir un modelito de ropa estupendo, complementos de última moda, material deportivo de última generación, una nueva bicicleta mtb monoplato más ligera, con mejores prestaciones y bla, bla, bla y bla!. Todo eso está muy bien pero la pregunta es..., ¿lo necesito o realmente me estoy creando una falsa necesidad?. ¡Oiga pues no!, tengo una bici fantástica y unas piernazas estupendas con ganas de dar pedales... ¿Hace falta más?. Es entonces cuando dejo de mirar y así, sabiendo que lo que prima es el fin, que los medios se ajustan a mis necesidades y no lo imposibilitan, estoy más que satisfecha!. 
¿Cómo es posible que se siga fabricando y consumiendo de forma tan desmesurada, sin sentido ni sensibilidad?. No hay excusa para no darse cuenta de que nuestra forma de consumo tiene una repercusión en la degradación de los sistemas globales y que, cada uno de nosotros somos responsables de nuestros actos. Como el salmón que nada a contra corriente, intento difícilmente, retenerme ante el fuerte e inevitable flujo al que empuja esta sociedad mal globalizada, que te cuenta versiones e interpretaciones distorsionadas de la verdad para dirigir sus intereses de poder. Me mantengo en el intento de desintoxicarme y no perder de vista el valor de las cosas sencillas. Sucede que, cuando abres la puerta hacia el consumo responsable, es difícil mantenerla cerrada sabiendo lo que hay detrás (El consumo nos consume -ver enlace-). Cuando consigues ver el valor real de cada cosa y te deshaces de todo lo innecesario, te sientes mucho mejor, adquiriendo una perspectiva de lo material completamente diferente, reduciéndose las "falsas necesidades" y caprichos. Al comprar menos cosas porque no las necesitas, puedes invertir en otras cuando haga falta, de mayor calidad y que a su vez, que hayan pasado un proceso de producción ético (ambiental y humanitario). Y casi sin darte cuenta, de una forma natural y progresiva, vas adoptando un comportamiento de consumo responsable, apoyando así, el desarrollo sostenible y adquiriendo conciencia medioambiental. Porque sí!!, la salud de nuestro planeta está seriamente comprometida y por ende, toda la vida que sustenta y acontece en ella; animales, plantas y personas. 

El ser humano desde los orígenes, produce utensilios, intercambia instrumentos y consume objetos. Cuanto más autosuficiente es un ser, menos necesidad de consumo tendrá para el desarrollo de sus funciones vitales. El hecho de consumir es una necesidad humana y por tanto, seguiremos necesitando ingerir alimentos, consumir objetos, utilizar herramientas. Y bienvenida sea la tecnología, bienvenidos los avances y el desarrollo. El problema no es tanto el consumo sino el hiperconsumismo. Ese que nos conduce a consumir sin necesidad real, por el placer de obtener objetos nuevos, por cubrir carencias y vacíos emocionales,... 
Es una ideología impuesta en el imaginario colectivo, generando al ciudadano necesidades y carencias que quieren ser cubiertas. Este hiperconsumismo  devora también el alma del deporte, su esencia y como consecuencia, se invierte el orden del fin y de los medios. Cuando los objetos de consumo debieran estar al servicio de la práctica deportiva, el deporte se convierte en muchos casos, en un mero escaparate para lucirlos, para mostrar lo que uno posee y lo que consigue, es manipulado e instrumentalizado, cayendo en la trampa de la imagen y superficialidad. El principal del deporte ES hacer, realizar, es sobriedad, eres tú con tu cuerpo, mente, espíritu, frente a tus límites físicos, mentales, exteriores... y el resto, son únicamente soportes materiales que facilitan su práctica. 

En este deseo de expresar, la intención trata simplemente de reflexionar y generar un estímulo hacia un consumo critico, justo, responsable y sostenible -ver enlace-, con la obligación moral y personal de utilizar y compartir acciones empresariales interesantes como http://reparaciondecarbono.com/(puedes buscarle también en Facebook). Mi bicicleta de montaña, que me acompaña desde el 2014, compañera de fatigas en un sinfín de kilómetros recorridos en pruebas, rodajes y aventuras inolvidables, ya estaba reclamando una puesta a punto seria. Al principio pensé en cambiar de bici y  cierto que me llovieron varias ofertas muy interesantes y tentadoras pero la realidad o... mi realidad es, que no necesito otra pudiéndose arreglar. Y... bla, bla, bla y bla!! así se resume mi película!

¡¡¡V
oilaaaá!!!. ¡Aquí os presento a mi vieja amiga!. Mi TREK Superfly 9.8 renovada y personalizada, algunos componentes y piezas repuestos que aún no están montados. Como nueva!. Casi, casi, hasta me da pena utilizarla para que no se roce ni manche, jajaja!!!



Así que ale!! menos comprar-usar-tirar y más comprar-usar-reparar/reutilizar. Que el individualismo no sea el olvido del nosotros, de la comunidad y del bien común..... Un momento!!!. Que este era el punto final de esta entrada pero al hilo de lo expuesto, acabo de recordar a Momo!!!. Un tesoro que llegó a mis manos cuando era pequeña, una lectura que caló profundo y quizá la que impulsó mis primeras reflexiones sobre esta sociedad materialista, sobre la necesidad de recuperar valores como  la amistad, saber escuchar y el bien más preciado; el tiempo!. También el reflejo claro de que la mirada y el corazón de los niños es puro y honesto..., hasta que lo transformamos a nuestro antojo, fiel a lo aprendido, a nuestro modo de ver y sentir la vida. Qué suerte!!! rescatado del baúl de los recuerdos, ya tengo un regalito/tesoro que hacer a mis hijos y por supuesto, volver a leer.  

Se tú el cambio que quieres ver en el mundo. - Mahatma Gandhi

Paloma