Época de sequía, la tierra enferma y las personas también porque nuestros cuerpos se desequilibran. Vivimos mirando al cielo para ver si llega la lluvia y con ella todas las bendiciones, porque son eso, bendiciones. Todos nos hemos dado cuenta ya de que cada vez hay más personas asmáticas, más alergias que afectan al sistema respiratorio..... ¿Pero..., cuál es la explicación de todo esto?. Parece ser que el exceso de iones positivos en el aire (sin tener en cuanta la influencia alimentaria) afecta a todas las personas, aunque muchas son particularmente sensibles a su influencia, afectando a los sistemas respiratorio, nervioso y hormonal. La ciencia nos trae descubrimientos fascinantes!. 
¿Qué son los iones y de dónde vienen para tener una influencia tan significativa en nuestra salud?. Conocer de forma básica lo que es un átomo nos ayuda a entenderlo. Un átomo está formado por un núcleo, donde hay protones (cargas positivas) y neutrones (sin carga), todo ello rodeado por electrones (cargas negativas) que se mueven en órbitas alrededor del núcleo. Un átomo en su estado neutro, en lo que podríamos considerar su forma más natural, tiene el mismo número protones (+) que de electrones (-).
A partir de ese estado neutro, cuando un átomo gana o pierde electrones, se convierte en un ión. Cuando un átomo cargado eléctricamente gana electrones se convierte en un ión negativo (anión) y si pierde electrones se convierte en un ión positivo (catión).
Pues bien, resulta que la ionización positiva del aire, es perjudicial para el ser humano, provocando cansancio, dolor de cabeza, irritabilidad, insomnio y malestar general. Este exceso de iones positivos, que se da normalmente en las ciudades. Esto es debido en parte a que la contaminación atmosférica destruye los iones negativos, efecto indeseable que se refuerza por la presencia de televisores, ordenadores, móviles y aparatos eléctricos en general y en lugares cerrados, frecuentemente poco ventilados.

Por tanto queda claro que  la ionización negativa produce relajación y aumenta el rendimiento corporal y psíquico. Parece que la presencia de estos iones reduce la serotonina y con ella el estrés e influyendo también en el estado de ánimo. En definitva, se le atribuyen  múltiples funciones favorables para el bienestar del individuo, como la de limpiar el aire de contaminación, una cierta acción bactericida, el producir una sensación de frescura y bienestar, despejar la mente, mejorar funciones digestivas y respiratorias, etc.

Los átomos y moléculas de los gases que forman la atmósfera terrestre (nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono, vapor de agua, etc.) son las fuentes de las que provienen los iones positivos o negativos, que están siempre presentes en el aire que respiramos y que en una atmósfera equilibrada, están en una proporción también equilibrada, de uno a uno aproximadamente.

Estos iones se producen espontáneamente en la naturaleza por diferentes causas: radiaciones cósmicas o terrestres, fenómenos meteorológicos (tormentas, descargas eléctricas, ciertos árboles como los pinos y los helechos, las cataratas, cascadas, las olas del mar o el mismo flujo del viento cargado de polvo o arena). 

En alta montaña la atmósfera es negativa, predominando los iones negativos, mientras que en las grandes ciudades, localizadas en áreas de poca altitud, son frecuentes las acumulaciones importantes de cargas eléctricas positivas, que parecen influir notablemente sobre muchas enfermedades.

Curiosamente, en las horas previas a una tormenta, predominan en el aire los iones positivos, inquietando no sólo a las personas, sino también a los animales. Y por el contrario, una vez ha pasado la tormenta, predominan en el aire los iones negativos. Es por eso que se percibe una grata sensación de aire más fresco y limpio, un ambiente realmente agradable. 

Una importante fuente de ionización negativa es el agua en movimiento (duchas, fuentes, saltos, cascadas, la orilla del mar, etc.) porque cuando el agua choca y la gota se divide, la parte más volátil del agua, que es la que se respira, queda cargada negativamente.
¿Será por eso que una simple ducha es siempre un placer? ¿será por eso que nos resulta tan agradable pasear en las proximidades de una cascada natural o artificial, por la orilla del mar o cerca de un acantilado en el que rompen las olas del mar?. ¿Será por eso que en todas las plazas de los pueblos y ciudades hay fuentes con grandes chorros? ¿será por eso que cada vez que salíamos al campo o a la montaña nos encontrábamos mejor sin saber por qué?. Aquí tenemos la respuesta científica!!! Aquí tenemos la prueba de que necesitamos a la naturaleza, que nos hace falta como el mismo aire que respiramos, como el agua que bebemos, esta es la prueba de que un ambiente negativo es realmente positivo!. 

Deseando que llegue la lluvia para reestablecer el equilibrio y  bienestar de todos.


Fuente: http://blogs.hoy.es/ciencia-facil/