Hoy recibí un detalle precioso que no esperaba y que me ha llegado al corazón (sensibilidad de mujer a flor de piel). Al abrir una caja, encontré un poema de Walt Whitman que dice así:
No pares
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.

Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa;
Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños somos libres.
Y es en este momento y en estas fechas tan emotivas cuando parece más que nunca que el mundo es una burla, una broma, un teatro, un sueño absurdo, agradable para muchos, terrible, desgarrador e injusto para tantos.... este momento en el que uno intenta entender y se pregunta qué sentido tiene la vida, si uno debe levantarse para vivir su propia historia sin esperar nada extraordinario o bien todo lo contrario, resistir y creer que otro mundo es posible aunque se construya sobre sueños, intentarlo desde la más humilde de las opciones, navegando a contra corriente unas veces y al mismo tiempo, sin dejar de tener los pies en la tierra.
Ya me tocó la lotería cuando nací!!. Consciente de la vida amable que me ha tocado vivir, la abrazo para agradecerle, bendecirla, recibirla cada día como un regalo para compartir con mi familia, mis amigos y cualquiera que se cruce en el camino. Muy consciente de que cada acción es importante, de que en este entramado de vidas nacidas de diferentes culturas, visiones, ideologías, intereses económicos, religiones, .... vamos tejiendo con nuestras propias historias este mundo que nos derriba, nos lastima, nos enseña.
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