Ha llegado la semana 6 de "El Camino del Artista", justamente en el ecuador del curso y en este capítulo, navegando en las ideas en torno a Dios, el dinero y la abundancia creativa. Como decíamos en el capítulo anterior, hemos crecido con la idea de que ganar dinero es la prioridad para luego poder desarrollar el resto de actividades que nos gustan. En este capítulo se sigue desmontando esa idea, haciéndonos ver que hasta que no hagamos lo correcto, es decir, trabajar en algo que nos guste, apasione o nos haga sentir realizados, no llegará la abundancia económica. Nuestra intuición nos sugiere que emprendamos el vuelo hacia esa extravagancia, o "insensatez" en que estamos pensando, saliendo de la zona de confort y atreverse a dar un paso. No se trata de dejar nuestro trabajo o hacer cambios de forma radical, sino de avanzar hacia la oportunidad disfrutando de las pequeñas acciones pues lo que de verdad queremos hacer, es lo que en realidad debemos hacer.
Enlazamos la abundancia económica con el tema del "lujo" o "caprichos", que nada tiene que ver con ropa de diseño, coches deportivos o viajes en primera clase. Se trata de el lujo del tiempo y que básicamente se refiere a cuidarnos dándonos la posibilidad de poder elegir: tiempo para los amigos, la familia, consigo mismo sin aspirar a logros extraordinarios. Cuando se hacen cambios diminutos, la vida cobra mucho más sentido.
Esta semana me ha hecho reflexionar mucho sobre si realmente tengo que cambiar mi plan de acción para generar abundancia económica. Ha pasado un año desde que emprendí mi proyecto y aunque la evolución es positiva, creo que tengo que pensar en algún otro cambio. Eso si!!!, estoy mimándome todo lo que necesito y se me da muy pero que muy bien.
Este fin de semana, mi cita con el artista ha sido ir al concierto de Pablo Perea (La Trampa), todo un lujo para los sentidos.


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