Trabajando sobre el tema de las personas con discapacidad en el curso de Técnico de Triatlón, he tenido que hacer un ejercicio muy interesante: Vivenciar una situación de discapacidad en una actividad cotidiana y grabarla. Contar cuáles son los problemas y dificultades a los que me he tenido que enfrentar, así como las sensaciones/emociones que me ha generado ponerme en la piel de un discapacitado visual.
Y aunque he disfrutado haciendo el vídeo con mis hijos, me he agobiado bastante. No he podido continuar la grabación durante mucho más tiempo. La sensación de desorientación es brutal y desplazarse en absoluta oscuridad es tarea más que difícil.
Cobra mucha más fuerza el valor, la superación y el esfuerzo de todas estas personas para vivir el día a día frente todas las barreras y obstáculos que se encuentran a su paso. Es en estos momentos cuando cobra más valor e importancia el sentido de la vista, e incluso el del tacto.
Una actividad que realizada con los niños, les divertirá pero también les enseñará a ponerse en la piel ajena, a empatizar, valorar y comprender a las personas con cualquier discapacidad. Porque es habitual prejuzgar y poner etiquetas a las personas, y en el caso de personas con discapacidad, esas etiquetas se centran en sus limitaciones y no en sus posibilidades. Es preciso romper esa tendencia y llegar a conocer a la persona antes de juzgar, no fijarnos en la discapacidad, sino en la persona.
El rechazo social, en gran parte ocasionado por el desconocimiento y los prejuicios, desaparecerá si desde una escuela inclusiva, se busca la normalización de la diversidad. Este tipo de actividades con los niños son muy enriquecedoras.
Hablar de los beneficios de la práctica deportiva para personas con discapacidad, implica asumir que la práctica de actividad física en general, es beneficiosa para el ser humano. Trae consigo mejora de la calidad de vida, aportando beneficios a nivel físico y fisiológico, a nivel psicológico y a nivel socio-afectivo.
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